domingo, 11 de septiembre de 2016

La agenda del desarrollo versus los tiempos electorales

No hay desarrollo sin políticas de largo plazo. Plantear un objetivo e ir en busca de él soportando los vientos que golpean. No correrse de un camino trazado sin importar lo que digan, a pesar de que lluevan las críticas. El camino del desarrollo necesita un poco de esto, y mucho de todos nosotros.

¿Cuál es el problema que se enfrenta la agenda del desarrollo? Los tiempos electorales. Cada dos años si tenemos en cuenta elecciones legislativas tanto como las del poder ejecutivo nos acercamos a depositar nuestro voto de confianza hacia aquel partido que nos representa y creemos como la mejor opción para dirigir nuestros destinos. Pues bien, acomodar las variables macroeconómicas no “gana” elecciones.  Por ejemplo, devaluar para acomodar el mercado cambiario produce una subida del tipo de cambio que impactando en un aumento de precios, disminuye nuestro ingreso disponible. Apuntalar la inversión en infraestructura en pos de ser más competitivos quizás demanda años, y no tiene un efecto inmediato en la sociedad.

Nuestro país necesita una política seria para reacomodar su matriz productiva. Una política que establezca cuáles serán las prioridades a desarrollar para las próximas décadas y no pensar de acá a dos años cuando vengan las próximas elecciones. Es necesario reacomodar lo que está mal, pero continuar lo que se hizo bien. Resulta imposible para un país desarrollarse si cada cuatro años se cambia completamente la dirección de las políticas. No podemos trabajar a demanda, sino que debemos anticiparnos y tener la “oferta” lista cuando vengan a buscarnos, de otra manera seguiremos perdiendo oportunidades de inversión, ya sea por excesiva burocracia, infraestructura deficitaria o un sistema tributario que asfixia a quien quiere confiar en nuestro país, entre otras cuestiones.

La otra tarea la tiene la sociedad. Es cierto que algunos sectores no pueden esperar, ya que las necesidades básicas deben ser satisfechas de manera urgente. Por otro lado, los sectores que tienen cubiertas sus necesidades deben “aguantar” las medidas políticas en cierta medida para salir del pozo, entendiendo a la inversión y no el consumo como motor de crecimiento, aquello que nos hará competitivos frente al mundo y nos permitirá crecer.

Es necesario desarrollar políticas de Estado que imaginen un país situado en los primeros lugares del mundo, como alguna vez lo fuimos. Un país que ofrezca alternativas de crecimiento con redistribución del ingreso, y no dependamos solamente de una buena cosecha o que los precios de los commodities suban. Tenemos la posibilidad de exportar numerosos productos de calidad a través de nuestras economías regionales, la industria del software, gran potencial en energías renovables, entre otras numerosas posibilidades de desarrollo.


Todo esto lleva tiempo. Requiere de mucha paciencia. Si nuestro deseo es no continuar surfeando las crisis cíclicas que tenemos, la hora de plantear un país a largo plazo llego.

Autor: Hugo F. Freyre

Imágenes:
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https://www.google.com.ar/search?q=la+agenda+del+desarrollo&rlz=1C1LENN_enAR481AR481&espv=2&biw=1242&bih=585&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjA9NKT_d3OAhVLg5AKHS52CVcQ_AUIBigB#tbm=isch&q=elecciones&imgrc=3SyzRsDkWYz2AM%3A